Algo suena en mi nube sonando

Volamos desde Barcelona a Isla Morenita con Carlos Sadness

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Contra viento y marea se puede definir este viaje desde Barcelona hasta Isla Morenita. Y qué mejor anfitrión que Carlos Sadness para tal evento. Un concierto que en un primer momento, en la añorada antigua normalidad, debería haberse celebrado en el Sant Jordi Club el 16 de mayo de 2020.

No hace falta exponer los motivos y la situación que aplazaron Isla Morenita al mes de noviembre y más tarde a diciembre. Parecía que todo apuntaba a que por fin el 20 de marzo iba a ser el día D. Pero a escasa una semana, un nuevo aplazamiento a ayer 17 de abril. Nervios, sudor y lágrimas, con cambio de recinto y dividiendo en 2 pases el aforo para cumplir las medidas pero… Hemos viajado a esa isla tropical. Y la espera, ha merecido muchísimo la pena. ¿Quieres acompañarnos en este viaje? ¡Abróchate el cinturón y sigue leyendo!

Una tarde tropical

17 de abril, 5 de la tarde en el Sant Jordi Club. Las luces se apagan y Papaya Airlines nos da la bienvenida a ese vuelo que nos hará llegar a la Isla Morenita. El primero de los dos pases (ambos con sold out) empezaba al ritmo de Ciclo lunar, que si ya de por si es un tema lleno de misticismo, en directo lo es aún más. Un ciclo lunar vestía la pantalla del escenario en el que se subieron Carlos Sadness (voz y ukelele), Jordi (guitarra), Marc (guitarra), Dani (bajo) y Abril (batería).

Mi favorita, que no tuve la ocasión de escuchar en el Nits del Fòrum, fue la segunda… Hale Bopp no se hizo esperar y la ilusión tremenda que me hizo vivirla en directo, no lo sabe nadie. En este tema, pudimos ver la química y complicidad que desprende Carlos con Jordi Bastida. Tras ella, Sadness se dirigió al público para agradecer la asistencia y comentó que no daría la chapa, y que haría lo pertinente en stories de Instagram.

El público estaba ansioso por estar esa noche en la Isla Morenita. Era momento de apostar por varios temas de Tropical Jesus, el álbum más reciente del artista barcelonés. Chocolate y nata y Me desamaste, contaron con Miki Florensa de La Pegatina al bajo, además que también participó en el videoclip de Me Desamaste. Tampoco podía faltar Todo estaba bien. Con esos tintes urbanos, incluso coqueteando con el reaggeton, sorprendió para bien cuando se lanza temas con muy buen rollo, y que dejan patente que el directo es el punto fuerte de Carlos Sadness.

Vuelo con destino a Isla Morenita

‘Vamos a morirnos de la risa, perdidos en la Isla Morenita, vamos a reírnos del mal tiempo…’. El tema que da nombre a este concierto tan especial provocó momentos de euforia entre el público. Esos ritmos tropicales tan característicos en el estilo de Carlos Sadness.

Tras el aterrizaje, es momento de dar paso a Ahorita. Con el videoclip de fondo en la pantalla, era el momento idóneo de disfrutar desde nuestras sillas. Pero tal y como subimos, es momento de tumbarnos en la playa y relajarnos. Con Semitransparente, caemos en una playa tropical. ‘Hasta escuchamos a unos pájaros! Me encantó ver estos pequeños detalles que hacen que el show no sea uno más. Carlos se dirigió al público comentando que le preguntaron el otro día si se ponía nervioso antes de los conciertos. Dijo que estaban muy emocionados ese día y que se pone nervioso si va su madre, como era el caso de este día. Con un ‘mama no em renyis’ (mamá no me regañes), dio paso a una de sus favoritas, Adiós a los dinosaurios.

Amor… Papaya

Si pensamos en Carlos Sadness, es inevitable que no nos venga a la mente la papaya. Esta fruta tropical es sin lugar a dudas uno de los elementos que relacionamos con el artista. Además de Miranda, que tuvo algo que ver en el vuelo. Y si, fue momento de ponernos sentimentales y de disfrutar de Amor Papaya.

Un momento bastante icónico, fue cuando Carlos se dirigió al público, comentando que el confinamiento comarcal estaba haciendo daño. Y que ahora que no nos veían, el que se lo hubiese saltado por asistir al bolo, que hiciera ‘uh’. Las caras que pusieron los 5 desde el escenario fue épica. No pudieron faltar las carcajadas, y Carlos comentó ‘se dice que el público chungo es el del reaggeton, pero no, es el mío’. La cultura es segura, ayer lo pudimos demostrar por enésima vez.

A continuación, fue el momento de Longitud de onda y ver en la pantalla una flor ardiendo, automáticamente pensé en Chico Jorge, el alter ego de Jordi Bastida, guitarrista de Sadness que, gracias a mi ubicación lo tenía justo delante. Se ha dicho mucho que Tropical Jesus es muy místico, pero Longitud de onda no se queda atrás, en especial el inicio, pero luego se une con ritmos urbanos.

En ninguna otra parte

Nadie era consciente que el viaje estaba llegando poco a poco a su fin. Llegaba un set bastante eléctrico encabezado por la mítica Física moderna. Sin lugar a dudas, una de las canciones más buenrolleras de la discografía de Carlos Sadness. Tras ella, dijeron que incorporaban de nuevo al repertorio un tema que habían sacado del setlist, pero que debía sonar algo autóctono. ¿Escucharíamos algún tema en catalán? Negativo, era el momento de ponerse el Bikini y disfrutar de un directo muy enérgico, en especial la última parte del tema. Un tema con tantas referencias a Barcelona, no podía no estar jugando en casa.

Una de las grandes sorpresas fue escuchar El día que hizo más viento que nunca, tema que apenas conocía y que fue un flechazo descomunal. Con un ritmo pausado y contrastando con Bikini, Carlos abandonó el escenario y seguidamente, el resto de miembros de la banda antes de dar paso a los bises.

Qué electricidad, vaya conexión

Los bises empezaban de a pocos, con ukelele en mano y Días impares. El Sant Jordi Club era una piscina de linternas y móviles al aire…. ‘Menos mal que existes y no tengo que imaginarte’, dice la letra. Carlos acabó el tema prácticamente a acappella, y arrancó una gran ovación. Era momento de decir Aloha y disfrutar. Me gustó mucho el contraste de temas con cortes lentos y up tempo, la verdad. Era un momento de fiesta y jolgorio.

Lo que creo que nadie o pocos vieron venir, fue un freestyle que se marcó Carlos hablando de él, del concierto, de Elisava (escuela de diseño de Barcelona, dónde él estudió), Palau Sant Jordi, los 4 aplazamientos… ¡Muy Shinoflow todo! Además, agradeció a todos el estar allí arropándolos y disfrutando del concierto. Esto fue el puente para los dos bombazos finales.

Te quiero un poco era todo un fin de fiesta y el público lo sabía. Carlos presentó a toda la banda: Jordi, (al que también llamó Chico Jorge e hizo referencia a Las flores que arden), Marc, Abril y Dani, que vino desde Hungría. Que electricidad fue el broche de oro a ese primer pase de Isla Morenita, acabando por todo lo alto.


Un concierto que esperábamos con muchas ganas. Nervios, incertidumbre… Pero ese viaje a la Isla Morenita era necesario para evadirnos aunque fuese una hora y media de la realidad. Reivindicando la cultura segura, la responsabilidad individual… Gracias Carlos Sadness, a toda la banda, al Guitar BCN, The Project, Esmerarte… A todxs los que habéis luchado incansablemente para poder hacer realidad Isla Morenita.

¡Nos veremos de nuevo muy pronto!

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