Algo suena en mi nube sonando

18 de junio de 2021, Estadio Olímpico Lluís Companys Barcelona. Se acercaba el momento de que Miss Caffeina diera su primer concierto después de un año y medio muy duro, 2020 cumplían 10 años de su primer disco, tenían una gira especial que tuvieron que cancelar a causa de lo que todos sabemos. No había podido disfrutar de ellos desde su último concierto en la Sala Razzmatazz. Casi dos años han pasado desde aquel encuentro que cerraban con “Freed From Desire”

El escenario decorado con 4 columnas griegas jónicas, era enorme, me recordaba a esos ya casi olvidados Festivales de verano con los que disfrutaba recorriendo de ciudad en ciudad. A las 21h súper puntuales empezó la función. Empezó a sonar una radio, como si de sintonizar un canal se tratase. De repente salen todos a escenario, Alberto que ya le conocemos por su gran gusto y pasión por la moda, vestia con un traje de color cyan intenso que a juego con su pelo platino le quedaba fetén, mientras que el resto de la banda vestian de negro.

Empezaron con una balada, y qué balada. “Reina” retumbaba por todo el estadio, perdonando a todos aquellos que hicieron la vida difícil a muchas personas en el colegio. Un himno anti-bullying

La siguiente canción fue “Calambre”, una canción rotunda con ritmo contundente sobre todo la parte final donde Alberto mostró su faceta que tanto nos gusta, su elegancia al bailar. El concierto sin duda iba subiendo paulatinamente. 

De repente suenan acordes, unos acordes especiales anunciando “Venimos”, no pudimos gritar más sobre todo en la parte de “Venimos del mismo lugar, de un año de mierda..” sin duda es una canción que me acompañó durante una época de mi vida, donde el estribillo entero se clavaba como un clavo ardiendo.

Un viaje a “Detroit”, pasando por ¡Oh Sana!, uno de mis temas de cabecera donde lo dimos todo. Que gusto poder levantarse y poder disfrutar canción a canción y gritar “todos los santos menean el rabo por ti”.

Alberto hace una pausa para agradecer que estemos allí acompañándolos, están emocionados y agradecidos. Nos sentimos privilegiados de poder ser los primeros en disfrutar de su primer concierto después de tanto tiempo. Nos advierten que quizá hay alguna “cagada” porque están nerviosos. Pero a ellos les perdonamos todo.

Siguen con temas del último disco “Temblor”, “Planta de interior”, “Fiesta Nacional” en esta última Yas me enseña su frase favorita “No hay gente buena que quiera dibujar su nombre junto al tuyo en ningún corazón”. 

Ahora viene una canción preciosa, antes de cantarla nos avisan, que quizá será dura, pero que es un homenaje a todas las personas que se han marchado ya hace algún tiempo. Esas personas que por mucho tiempo que pase no olvidas, simplemente aprendes a vivir sin ellas. “Ausentes Presentes”.

Seguimos con temas que te arrastran. Cuando escuché los primeros acordes de “Eres agua” no podía creérmelo. Es sin duda una de las letras más bonitas que he cantado, reído y llorado. “Solo los valientes saben que es inútil pelear con la tormenta”.

Alberto se cambia la americana por una bomber blanca, me encanta ver en un concierto cambios de estilismo para cada ocasión con una historia detrás de cada canción. Seguimos con  “Ley de gravitación universal”, “Desierto”, “Bitacora” una canción de salvación donde vivir es lo que cuenta, me encantó cuando todos al unísono cantábamos “Los mismos putos errores”. Siguieron con “Punto Muerto” una de las últimos temas lanzados con la colaboración de Ana Torroja. Y de nuevo vuelve el subidón con “Cola de Pez” haciéndonos despegar nuestros traseros del asiento. 

Fuera chaquetas, Alberto se queda en tirantes con un look apropiado para la canción que viene a continuación “Me voy”, uno de sus últimos lanzamientos con base de reggaeton, me recordó a “Loco” de Varry Brava, ese salir de su zona de confort tan bien defendido.

Seguimos con “Ácido”, “Prende”, y un temazo como “Merlí”, cuando empezó todo el mundo exclamó “¡¡Ohhh!!”. 

Se cierra el telón, una pausa, esa pausa que aún me pregunto porque los grupos siguen haciendo, esa pausa que sabemos que no es el final sino que anuncia el principio de la traca final.

Alberto hace su último cambio de estilismo apareciendo con unos pantalones de paillette negros brillantes en código disco. Con este outfit nos hace presagiar lo que viene. Madre mía… “Mira cómo vuelo”, menuda adrenalina de canción, de empoderamiento. Y el broche final “Oh Long Johnson”, con la gran frase: 

“Contigo sabe mejor el lado oscuro”

Un concierto necesario, nos sentimos como en un festival esos que nos dan la vida, sin duda emocionadas por volver a disfrutar de ellos y de las largas tardes de verano.

Jess
jessica.pe88@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.