Las cuerdas vocales de la Razz afinaban o lo intentaban con la letra de Niebla, uno de los himnos más emocionales de Supersubmarina, el 8 de abril de 2016. La banda, con raíces echadas en Baeza (Jaén), disfrutaba de un reconocimiento ascendente. Aquella noche habían colgado el cartel de no hay billetes en un ecosistema tan exigente como el barcelonés. La actuación consolidó la impresión de muchos de los expertos, Supersubmarina se había colocado en el star system del movimiento indie nacional. Incluso completaron una aparición en el WiZink Center de Madrid.
En la mítica sala Razzmatazz presentaron Viento de Cara, su tercer disco de estudio, en pleno viaje del tour El Mañana. Con Electroviral y Santa Cruz, sus dos primeras producciones, alcanzaron aquello que todo grupo desea; un sonido propio, una manera de trabajar personal. Si algo destacaban los que vivían cercanos a Supersubmarina era la tremenda pasión que sentían por su oficio José Chino (voz y guitarra), Jaime (guitarra), Pope (bajo) y Juanca (batería), los cuatro integrantes del proyecto.
Inmersos en casi todos los programas de los festivales más importantes del país, la formación sufrió un terrible e inesperado contratiempo. Concretamente, el 14 de agosto de ese mismo año, un accidente de tráfico en el kilómetro 168 de la carretera Nacional 322, justo cuando volvía hacia Baeza procedente del Medusa Sunbeach Festival, cortó de raíz aquella magnífica historia musical. La humana y la más importante, se mantiene vigente, ya que sus cuatro componentes conservan la vida, después de recuperaciones, en algún caso, largas y complejas.
Desde entonces los adeptos al cuarteto de Baeza no han gritado ni han saltado más en sus directos. Tras aquel accidente, bandas y colegas de profesión han versionado sus canciones fetiche como tributo a una propuesta a la que el infortunio cortó las alas.
La admiración del público hoy todavía no admite sospechas. Cada vez que José Chino se deja ver por las redes sociales, se genera un feedback especial e incuestionable. El vocalista de aquel fenómeno goza de la música desde otro prisma, sobre todo como fiel admirador de muchos de los amigos artistas que conquistó en la carretera o en las entrañas de cada festival.
Sólo Juanca, el batería, ha relanzado su carrera, por lo menos de forma pública. Se ha subido al tren del novel proyecto Melifluo. Eso sí, de Juanca todavía queda intacta su colaboración en el directo de Dani Fernández durante la versión del tema Supersubmarina, que evidentemente subió las pulsaciones del WiZink Center madrileño el pasado mes de diciembre.
Y es que cualquier detalle relacionado con los cuatro chicos de Baeza todavía genera cosquilleo, sobre todo para sus seguidores, que siguen embriagados de nostalgia.
