Algo suena en mi nube sonando

Charlamos con Alejo sobre su disco «La fiesta era para otros».

ALEJO publicó su disco debut, “La Fiesta era para otros”, el pasado 22 abril y lo presentó en Madrid, sala Cadavra lounge el 14 de mayo, colgando el cartel de entradas agotadas.

Ahora nos presenta el vídeo clip de una de esas canciones nuevas y podremos verle en los escenarios muy pronto, junto a su banda.

Ya puedes ver la charla con Alejo:

Alejo publica su disco debut, La fiesta era para otros, donde muestra una sabiduría ancestral en el arte de componer canciones, instantes de una vida en las que todas las certezas, las fobias y los anhelos están distribuidas equilibrada, adecuada y mágicamente a lo largo de los temas. Las búsquedas personales, los entresijos de las relaciones, la soledad, una cierta inquietud social… Eso y más planea con sus alas abiertas sobre los textos que escribe Alejo, un tipo que con este primer trabajo afianza ya su propia denominación de origen.
Se percibe la pureza e inmediatez en las canciones que ha escrito Alejo para su debut, un acercamiento al mundo orgánico, un gusto por esos instrumentos que dieron personalidad a la edad dorada del rock. El universo que nos enseña está iluminado por clásicos populares como Credence Clearwater Revival, Tom Petty o The Beatles y rematado con trazas contemporáneas de The Jayhawks o Wilco. El sonido grueso de
guitarras míticas de los años 30, la búsqueda de teclados barnizados por el soul, una sobria pero penetrante base rítmica, salen en definitiva al encuentro de ese duende que siempre habita en el cruce de caminos que transita entre el pop y el rock.
Alejo nos abre las puertas de su rico y particular mundo artístico en una decena de canciones incuestionables: la épica “Autoayudas”, donde lanza un S.O.S. ante un tiempo donde la vida se nos escapa a un ritmo tan veloz que no permite disfrutarse; la rotundidad de “Corazón de Caleidoscopio” que inquiere en la sensación de estar más pendiente de lo que pasa fuera que dentro de uno mismo; “Paso firme” un rock glorioso
de temática esperanzadora, casi un himno que insta a mirar hacia adelante pese a los avatares; el delicioso medio tiempo “Reina republicana”, que devanea entre lo romántico y lo pícaro; ese pop de solera y alcurnia que habita en “Patologías”, donde denuncia la queja que a veces hacemos de los vicios cotidianos que nosotros mismos nos creamos, olvidándonos incluso de nuestra esencia; la sólida balada “La hojarasca” con ese mensaje que admite que, por mucho que se corra, nunca se huye de los infiernos
interiores; la delicadeza de “Aquí no pasa nada”, que encierra en su seno la observación de los subibajas emocionales de la vida en pareja; “La religión de mis padres”, frágil en su concepción musical y firme en su contenido lírico, con la recomendación de no buscar soluciones en paraísos externos y mirarse más hacia dentro; el brío de “Trashumancia”, metáfora pastoril como modo de decirle a la persona que te gusta que se quede en tu locura y, finalmente, la desvalida “Sangre al cantar”, donde reafirma su
condición de artista, de persona que ha nacido para esto.
Adicto a la cultura del rock y sus mitos, sensible e intuitivo, Alejo ha confiado la producción de su primer disco a Ramiro Nieto, percusionista en bandas como Sidonie, Zahara y Sidecars, que además se está haciendo un nombre importante en las labores de producción. La relación de Alejo con Ramiro ha tenido un algo de terapia, de aprendizaje obligatorio, de juego compositivo que ha enriquecido las canciones.

Durante un tiempo, el artista navarro se encerró en el estudio trabajando con Ramiro cada una de las canciones, buscando, puliendo, añadiendo detalles que completasen el resultado final, matizando algunas ideas que había propuesto Pepo López, productor de Alejo en su anterior proyecto.
Los exquisitos estudios de grabación Reno, en Madrid, sirvieron de laboratorio para buscar la alquimia que los oídos de Alejo andaban imaginando en las primigenias versiones de las canciones que nacieron al calor de la guitarra y su voz en el salón de su casa en Tudela. La chispa saltó en esas sesiones en la sala del estudio con toda la banda que ha participado en la grabación: Andoni Zubiria (batería), Luis Pérez Nievas (bajo),
Víctor L. Pescador (guitarra), Germán San Martín (teclas) y Josep Trescolí (chelo), tocando en directo, fueron el hilo imprescindible para posteriormente tejer sobre ese tapiz los arreglos que más adelante surgieron, así como marcar la estructura definitiva
de las canciones.
El resultado de tan compenetrado e inspirado trabajo ha cristalizado en la salida de La fiesta era para otros, un disco de impecable factura y sólidas y arrebatadoras composiciones que promete, en su singular paladeo, tantas horas de entretenimiento como de reflexión, y que nos introduce de manera definitoria y satisfactoria en el mundo de Alejo.

Yasmina Berdugo
yasmina.berdugo@gmail.com

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